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Mostrando entradas de junio, 2025

El Perdón

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  Perdonar: cuando el alma sangra, pero el amor decide Como cristiana, sé que el perdón no es una opción decorativa del evangelio. Es un mandato. Fui perdonada en la cruz, no por mérito, sino por amor. Y, sin embargo, hay días en los que perdonar duele más que la herida misma. Pero no siempre nos hiere un extraño. A veces es quien más amamos. Y esa traición, esa palabra, ese abandono… se queda dando vueltas en la mente, como una espina que no deja dormir. Y cuando no perdonamos, esa espina se convierte en raíz: raíz de amargura . Hebreos 12:15 nos advierte: “Mirad bien… que no brote ninguna raíz de amargura que os perturbe, y por ella muchos sean contaminados.” La falta de perdón no solo nos lastima a nosotros. Se filtra en nuestras relaciones, en nuestra fe, en nuestra paz. ¿Cómo enfrentar el perdón cuando cuesta? 1. Reconociendo el dolor sin justificarlo. Perdonar, no es decir, “no pasó nada”. Es decir: “Sí, me dolió… pero no quiero vivir atada a ese dolor.” “Cer...

No temas.

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“El miedo no grita para detenerte, susurra para que renuncies.” El miedo muchas veces no llega como un trueno, sino como una voz baja, persistente, que te habla al oído cuando estás por dar un paso importante. Su poder no está en la fuerza, sino en la sutileza: en sembrar duda, en enfriar el ánimo, en hacerte sentir sola o incapaz. Pero si reconocemos que esas palabras internas no vienen de la verdad, sino del temor, podemos tomar distancia. El miedo es parte del camino, sí, pero no tiene por qué dictar la dirección. Escúchalo… y sigue caminando. Isaías 41:10 : “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.” Este pasaje no niega la existencia del miedo, pero lo enfrenta con una promesa: presencia, fuerza y sustento divino . Es como si Dios dijera: “Sí, sé que tienes miedo… sin embargo, no estás sola. Yo estoy aquí, y no te soltaré.”  

El miedo

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  Cuando el miedo se sienta en mi mesa Creo en Dios. Lo creo con todo mi ser. Y, sin embargo, hay días en los que el miedo llega sin pedir permiso, se sienta a mi mesa y me mira con ojos enormes. Se disfraza de presagio, de silencio, de “¿y sí…?”. Me paraliza. Me hace sentir sola, aunque sé que no lo estoy. Intento recordar las promesas divinas, esas que me han sostenido antes… pero mi humanidad me juega pequeñas (o grandes) trampas. Me nublo. Me agito. Siento que las puertas se cierran y el aire se acaba. Y, sin embargo, — y esto es lo que más quiero compartir — no me rindo. A veces camino con pasos pesados, otras arrastro los pies. Busco soluciones, aunque sean temporales. Oro, susurro, escribo, respiro. Pero sé que hay otros, como yo, que también necesitan saber esto: no están solos en el temblor . El miedo: ese gigante que susurra mentiras El miedo no siempre grita. A veces llega en silencio, se instala en el pecho y empieza a hablar bajito: “No vas a poder. Estás s...

Empatía

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  El arte de sentir con el corazón del otro En un mundo que a veces se apresura a juzgar, prometer soluciones rápidas o mirar hacia otro lado, la empatía es un acto radical. No se trata de comprenderlo todo, sino de sentir con el otro , de abrir espacio para su emoción sin intentar cambiarla, corregirla o explicarla. La empatía no es solo ponerse en los zapatos del otro… es caminar un rato con ellos , sintiendo el peso, la forma, la herida. Es mirar con ojos prestados, escuchar sin interrumpir, acompañar sin querer « arreglar » . En tiempos de prueba, la empatía suele revelarse en gestos silenciosos: esa amiga que no pregunta, pero te abraza; ese mensaje que llega justo cuando lo necesitabas; esa mirada que comprende sin juicio. La empatía no es lástima, es conexión. Lástima dice: « Pobrecito, qué mal estás. » Empatía susurra: « Aquí estoy contigo. » La lástima mira desde arriba; la empatía camina al lado. Y cuando uno atraviesa el dolor, no necesita respuestas mágicas...

El milagro de la amistad verdadera

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  Más unidos que un hermano. « No compartimos la sangre, pero sí el alma… y en el silencio de las pruebas, tu amistad fue mi hogar. » Durante mi proceso con el cáncer, descubrí algo que no esperaba: la presencia silenciosa, constante y amorosa de amigos que se quedaron. Que no huyeron del dolor, que no se incomodaron con mi vulnerabilidad. Que me miraron con ternura cuando yo apenas podía sostenerme. Ellos me recordaron que la amistad no es solo compañía, es presencia, que abraza, que escucha, que sostiene, y su abrazo fue más fuerte que el miedo. Proverbios 18:24 dice: « El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; y amigo hay más unido que un hermano. » Este pasaje nos recuerda que hay vínculos que trascienden la sangre: amistades que se convierten en refugio, en sostén, en familia elegida. Y hoy puedo decir que lo viví. En medio de la tormenta, mis amigos fueron faro, abrigo y esperanza. Me mostraron que el amor no siempre grita, a veces simplemente está. ...

Depresión

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  Un mensaje desde el corazón La depresión me ha visitado más veces de las que quisiera. Pero también me ha mostrado que hasta en las noches más oscuras, existe la posibilidad de una pequeña luz. A veces, esa luz llega en forma de palabra, de abrazo, de fe… o de escritura. Si tú estás pasando por esto, quiero que sepas que no estás sola. Y si conoces a alguien que crees que lo está viviendo, no le preguntes si « está bien» —pregúntale  si necesita que lo acompañen un rato. La tristeza no siempre se nota. Pero tu gesto, tu escucha o tu texto pueden ser la diferencia para alguien. Como este artículo, que nace de mi tristeza, sí… pero también de mi esperanza. La tristeza que no se ve. Hay dolores que no hacen ruido. Son silencios que pesan, días que se arrastran, sonrisas que ocultan tormentas. La depresión muchas veces no se nota a simple vista, y, sin embargo, afecta a millones de personas en el mundo. Yo misma la he sentido como una sombra que se cuela sin permiso… p...

Voluntad que se levanta

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  « La voluntad no se trata de no caer. Se trata de pararse una vez más. » A menudo pensamos que la fuerza de voluntad es sinónimo de perfección: mantenerse siempre firme, sin tropiezos, sin dudas. Pero esta frase nos invita a cambiar esa visión. La voluntad no  se trata de evitar la caída, sino de qué hacemos después de ella. Caer es humano. Lo hacemos por cansancio, por miedo, por dolor o simplemente porque la vida nos empuja. Pero la verdadera voluntad no se mide en la ausencia de caídas, sino en la decisión consciente de levantarnos una vez más. Cada vez que te pones de pie, aun con las rodillas temblorosas y el corazón herido, estás ejerciendo esa fuerza interna que nada ni nadie puede arrebatarte: la voluntad de seguir. Hay varios versículos en la Biblia que reflejan profundamente esa idea de la voluntad como fuerza para levantarse después de caer. Y nos hace referencia de que: « El justo cae, pero se levanta… y el amanecer siempre lo espera. » Aquí te compar...

Para meditar.

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  « Porque incluso en la tormenta, siempre hay una oportunidad de renacer. » Esta frase nos sitúa en el caos, en el dolor, en esos momentos donde todo parece tambalearse. La tormenta representa la pérdida, la enfermedad, la confusión, el miedo… pero también la purificación. Es el momento en que la vida nos obliga a detenernos. Cuando hablamos de oportunidades, esto nos introduce en la esperanza, pero no como algo pasivo. Habla de algo que se presenta y que hay que estar atento para reconocer . La oportunidad no grita: se insinúa, se abre paso en medio del ruido. El desafío está en verla en medio de la niebla . Aquí la palabra clave no es simplemente sanar o superar. Es renacer : volver a empezar con otra conciencia, con cicatrices convertidas en raíces. Renacer no es regresar a lo de antes, es volver a emerger con una versión más fuerte, más sabia, más verdadera de uno mismo. Te desafío a hacerte las siguientes preguntas ¿Eres capaz de ver tu tormenta como un umbral y no ...

Descubrirse en la adversidad: cuando el talento se vuelve refugio

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En los momentos difíciles, cuando el mundo se detiene y el dolor nos toca profundamente, también se abre una puerta: la de mirarnos hacia adentro y descubrir nuevas formas de ser, de crear y de crecer. La prueba como oportunidad para aprender, el talento como refugio emocional Cuando enfrentamos momentos de crisis —una enfermedad, una pérdida, o cualquier situación que sacude nuestra vida—, es fácil quedar atrapados en la incertidumbre. Pero muchas veces, estos desafíos nos llevan a replantear todo: nuestras prioridades, nuestras capacidades, incluso nuestra identidad. Es entonces cuando la creatividad se convierte en un refugio. No solo es una vía de expresión para liberar emociones, sino también una herramienta poderosa para reconstruirnos desde adentro. A través de ella, podemos descubrir talentos que antes permanecían dormidos. Y esos talentos, más que simples habilidades, pueden transformarse en una misión. Muchas personas que han vivido experiencias difíciles encuentran e...

Lo que el cuerpo calla, el alma revela.

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«El cuerpo puede ser mutilado, pero el alma nunca.»  Y, sin embargo, a veces andamos completos físicamente.  «Aunque a nuestra alma parezca faltarle algo». La mutilación del cuerpo es visible. Es lo que el espejo refleja y lo que el mundo alcanza a notar. Pero la mutilación del alma, que muchos interpretamos al vacío del alma —ese que muchos cargamos en silencio—. Es silenciosa. Invisible. Y en demasiadas ocasiones, ignorada. A veces se vive con un cuerpo completo… y con un espíritu desgarrado. Otras veces, se sobrevive con un cuerpo mutilado, pero con un alma que resiste, que vibra… que brilla aún más fuerte. Yo he atravesado la mutilación tangible. No obstante, lo extraordinario es que, desde ese aparente vacío, floreció mi voz más genuina. Porque mientras algunos esconden heridas que el alma aún no cierra, yo decidí mostrar mis cicatrices… transformadas en letras. Quizá eso que « falta » en el alma no sea un pedazo roto, sino una parte que aún no se ha encontrado: un anh...